miércoles, 23 de diciembre de 2009

La Antigua Roma (La Pulquería parte 2)


En las cartas de navegación y en los escritos de internet se hace referencia a un establecimiento del Centro y sus calles ocultas. Se trata de "La Antigua Roma" y si hubiera visto las imágenes tal vez no hubiera entrado con la misma seguridad a tal tugurio.


-Mire, yo encontré La Antigua Roma

- Uuy señor, dicen que no es buen sitio

- Cómo no, si le hacen mucha reverencia

- Pues si gusta ir yo le sigo... pero...

- ¡Pues adelante!




En algún lugar de internet, otro de esos blogs inútiles (pero no tanto como éste) leí que este sitio "es para gente que no es fresa". Y a pesar de lo que vivo y convivo a diario... no me considero fresa, o sea fresa yo we... ejem, decía, que no me gusta etiquetar un lugar nomás por la gente o las costumbres de éste o prejuzagar sin conocer. Aquí la fachada, encontrada en Allende y República de Perú, en el Centro Histórico de la Ciudad de México:




La entrada general está por debajo del cartel verde con el nombre del establecimiento... del lado derecho donde pone "Departamento para damas" es en realidad la entrada y salida de los vendedores de pulque.


Verán las puertas de la entrada general no son las más finas y en sí la calle y los alrededores del establecimiento aparecieron algo desolados, como ignorantes de todo el bullicio, manifestaciones, vendedores, música, policías y ladrones que calles atrás son el pan de cada día.


Al ver esa imagen que ahora les comparto no pude evitar recordar la descripción de la tahona de un libro llamado "El Señor Amarillo" de Adrián Curiel Rivera... me dio la sensación de estar a punto de entrar a un mundo alterno, a ese "deshuesadero del alma" que describe en sus páginas... pero igual pasó la sensación, tan rápido como llegó.


Antes de entrar le comenté a Gibranov sobre el cartel pegado en la puerta: "Por cumplimiento a la ley no se permite la entrada a menores de 18 años. Favor de acreditarse como mayor de edad" a lo que dije que se me había olvidado mi credencial de 'Adulto Mayor'... luego mi compañero por delante, efectivamente, entramos a otro mundo.


Así se ve gráficamente la entrada, y en si todo el lugar:










Un espacio pequeño, con 4 mesas, sillas dobles de plástico, una encima de otra "porque si no se rompen", por allá una rockola y en el video se ve diferente a como nosotros la encontramos... no encontramos música, gente evidentemente embriagada y lenta al responder a los estímulos de los alrededores. El altar a la Vírgen de Guadalupe, no puede faltar.


Un señor de edad avanzada y una señora flaca flaca y en estado iso-propílico son los vendedores.


Un "buenas tardes" procedió nuestra entrada y luego luego la pregunta "¿qué van a querer?" y la típica respuesta de este mono que les escribe: "pos... ¿de qué tiene?"


Los sabores a elegir eran dos: mandarina y avena.


- ¿cuál es el bueno? ¿cuál recomienda?


- Los dos están sabrosos, ¡pruébenlos!


Y para no quedarnos con las ganas pedimos uno de cada sabor. El mío fue el de mandarina... que, efectivamente, sabía a mandarina, pero con un toque a alcohol, como fermentado. Lo que me recordó el sabor a jugo de piña guardado en el refrigerador por 2 días, mismo sabor de alcohol.


- ¿se sientan?


-¡cómo no!


Y la señora iso-propílica (pues seguro estoy que lo que bebía estaba más allá del simple etanol) llevó un par de sillas, para encimar una encima de otra, y le quitó la mesa a un señor que leía el periódico... lo notablemente le molestó, pero igual se movió y sólo gruñó un poco.


A Gibranov le tocó estar justo debajo del altar, yo a su diestra y todo era silencio... de vez en cuando el movimiento de una silla, un señor por allá mascando cacahuates que sacaba de una bolsa blanca, las hojas de periódico que se agitaban... y casi todos con su mirada en nosotros, unos más discretos que otros. Atrás de mi una mesa ocupada por gente con rastas y cada cierto tiempo sentía el pasón que se daban llevándose a la naríz la estopa impregnada con algún solvente.


Al rato entró más gente, hombres saludando a algunos de los presentes, otros a los vendedores y nosotros brindando por haber llegado al primer paso de nuestra investigación, por haber entrado a una de las venidas a menos pulcatas del centro.


Luego, más gente, más chavos con rastas pidiendo mesas y sillas para acompañar a los que ya estaban detrás de mi. Al frente del nuevo grupo rastudo una joven con un perro amarrado con un collar improvisado.


El hombre del periódico no pudo contener la risa -jajaja que'sque un perro.... jaja jajaja traen al perro y todo...". Para entonces ya había terminado mi curado de mandarina, pero Gibranov aún disfrutaba de la avenita con pulque que le sirvió la iso-propílica. El curado de avena se lleva las palmas, mis dilectos, es altamente recomendable.


- son $50


- Claro, permítanos...


- Y por ahí... la propina...



Salimos y nos alejamos tan pronto como pudimos... aunque sin rumbo fijo pues hubo un algo que nos hizo querer salir de ahí tan pronto pudimos...


-Yo le dije que no era tan buena idea entrar ahí... pero su valentía me contagió


- De haber sabido...


- Qué bueno que los otros se quedaron lavando sus mandiles ¡¡esto es sólo para hombres!! Vámos a la siguiente parada doctor... yo pensé me iba a marear, pero no me ha hecho ni cosquillas y facil fue un litro de pulque...


- Pues yo...


- ¡nos vieron la cara! mire que $50... y todavía la propina.... si el litro está de a $13


- ... he perdido un par de sentidos...


- Venga, vamos a Las Duelistas, ahí seguro se pone mejor


- .... y ando algo mareado...


- $50... diga que me lo acabé


- ni las gracias le hubiera dado... pero, ya la ando agarrando...


- ¡Vámos!

No hay comentarios:

--- Desarrollado gracias a la nunca bien ponderada ayuda de Energón 16