Fue en un jardín, en tálamo de flores,
bajo la media luz de media luna,
entre estatuas desnudas, al son de una
música de agua de los surtidores.
A mi ímpetu sensual cayó rendida
virgen en flor... El goce fue infinito.
Un sollozo, un suspiro, un beso, un grito...,
y un olvido supremo de la vida.
Entre mis brazos retorcióse loca,
convulsionada en el espasmo ardiente.
¡De su sangre el sabor sentí en mi boca!
Y cuando, en calma ya, le dije “Mía”,
noté entre las estatuas de la fuente
la cabeza de un fauno que reía.
bajo la media luz de media luna,
entre estatuas desnudas, al son de una
música de agua de los surtidores.
A mi ímpetu sensual cayó rendida
virgen en flor... El goce fue infinito.
Un sollozo, un suspiro, un beso, un grito...,
y un olvido supremo de la vida.
Entre mis brazos retorcióse loca,
convulsionada en el espasmo ardiente.
¡De su sangre el sabor sentí en mi boca!
Y cuando, en calma ya, le dije “Mía”,
noté entre las estatuas de la fuente
la cabeza de un fauno que reía.
FELIPE SASSONE
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