sábado, 1 de mayo de 2010

Yo no lo quería creer...

... pero el SABOTAJE sí existe.

  Mi ausencia en este espacio se ha debido a mis múltiples ocupaciones en el ramo de la industria del carbón, mismas que han sido complementadas con mis visitas a la H. Facultad de Medicina de mi Universidad con el Dr. Rolando. Un hombre rollizo con un bigote de revolucionario cuyo sentido del humor hace que el largo y pesado camino de ida se olvide. A él lo acompaña un hombrecillo que ostenta el título de 'Biólogo', a quien llamaremos "Guillermo" para proteger su verdadera identidad; el biólogo actúa como el patiño del doctor y no falta cuando salga regañado o usado en elgún chiste del propio Dr. Rolando.

  El motivo de mi visita al Dr. Rolando es para continaur con mis estudios carboníferos, pues al ser el dueño y señor de los microscopios, mi mentor de Medicina tiene facultad para ver los objetos hasta un rango de 800 nanómetros. Su poderosa vista me dirá si mi carbón realmente está activado.

 Claro que no todo se obtiene facil en esta existencia y antes de que el Doctor pueda hacer uso de su visión nanométrica las muestras tienen un proceso previo de preparación para al final optimizar el rango de su visión.

  Tal preparación nos llevó 3 semanas... largas como ellas mismas. En las cuales por las mañanas asistí religiosamente a seguir experimentando con carboncillo y por las tardes me dirigí hacia Medicina para preparar las muestras de carbón. Salí tarde, dormí poco, me divertí menos...

  Al fin el doctor, luego de una anécdota que incluía a Guillermo gritar como niñita de 5 años al ver disectar una rata, me dijo que el paso final de la preparación sería meter las muestras en una resina para polimerizar y darles dureza. La polimerización se lleva a cabo a 60°C en un horno durante 2 días. Antes de despedirnos esa noche, el Doctor contó cómo Guillermo había quedado (por alguna razón que se quedó entre mi cansancio y mis ganas de retirarme) en ropa interior, en plena presentación frente al director, de una investigación de células intestinales.

 

  Pasaron los dos días y cuando llegué al laboratorio del Doctor deseoso de ver en acción su poderoso rango de visión, encontré al doctor en un rincón sin su sonrisa habitual que lo acompaña a donde quiera que va.

  "Ya me esperaba algo así...", dijo el rollizo doctor a modo de saludo.

  Luego me explicó que era habitual en ese laboratorio (donde además de el mismo Doctor y Guillermo laboran también es ocupado por otros 4 investigadores más) tener actos de sabotaje entre 'colegas'. Me enseñó las muestras que habíamos dejado en la resina y me resultó irreconocible el trabajo de 3 semanas. Pareciera que una familia de marmotas hubiera hecho ahí su hogar. Todo destruído, inútil, inservible... Guillermo diría que seguro fue un accidente, un accidente de algún otro investigador, dijo el enclenque Guillermo.

  El Doctor y Guillermo entonces contaron algunas de los actos de sabotaje de los que ellos mismos han sido víctimas durante su estancia en ese laboratorio. Luego de un rato ya con más ánimos dije que no habría otra cosa qué hacer sino repetir el trabajo y ya con la moral recuperada el Doctor contó sus chistes y más anécdotas que incluían a Guillermo siendo golpeado por unos 5 niños con un bat cuando le pidieron la hora y éste no llevaba reloj.

  Resignado a repetir otras 3 semanas de lo mismo me despedí de ese par tan padre. Me dirigí al filtro de agua a llenar mi botella, miré la Luna pensando que la seguiría viendo desde ese edificio otras 3 semanas. De pronto alcancé a oir a alguien murmurar detrás del filtro, me acerqué un poco por mera curiosidad gatuna y escuché claramente un gruñido seguido de unas palabras: "sigan riendo de mi... sigan haciéndolo... y ya verán..."

  De entre las sombras salió Guillermo quien se dirigió a mi y con un gesto torcido que intentaba pasar por sonrisa me dijo:


  "Vete con mucho cuidado... ya ves, por aquí los accidentes ocurren..."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dr. No hay justicia... "Sera el sereno"... como diría mi dilecta compañerita y bien conocida suya la Señorita Raquel... "pero los accidentes pasan” :(

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