lunes, 1 de noviembre de 2010

Calaverita: el alquimista de fuego (1/2)

MArcoc2

 

C1

El alquimista de fuego se decía.

Pero ni titulo de maestro pokemón tenía.

¿Sería acaso esto una osadía?

 

Siempre en el laboratorio se la pasaba.

Día y noche solamente  trabajaba.

Ya que una tesis, era lo que preparaba.

 

Con la alquimia jugaba todo el día.

Ya que un carbón activo era lo que quería.

Para darle vida a los olotes que él tenia.

Sin importar el precio que le costaría.

 

Después de que trabajaba.

El alquimista simplemente se relajaba.

En la Antigua Roma  siempre descansaba,

Mientras un sabroso tarro de Pulque él tomaba.

Una hermosa, delgada y blanca dama se aproximaba.

 

Un tequila era lo que esa dama deseaba.

El alquimista a su Don Juan Tenorio  interpretaba.(de bolsillo)

Mientras que  bellos versos el le contaba.

La elegante dama simplemente lo ignoraba.

 

¡Un carbón activo es lo que desearía!

Es lo que el alquimista solo decía

La blanca dama molesta le ofrecería

Un carbón activo, pensando que así se callaría

Sin saber, que el alquimista con el corazón roto lo rechazaría.

 

Toda la noche pulque y tequila tomaron.

“Ambos Tres” sus penas ahogaron.

Dama y alquimista irascibles se encontraron.

Cuando a un duelo ellos se desafiaron.

 

Acordaron que en el laboratorio se encontrarían.

“piedra, papel o tijeras” seria lo que jugarían.

Mucho tiempo ellos derrocharían.

En un juego donde ambos perderían.

 

Mil días y mil noches los duelistas se enfrentaron.

Mientras un mar de sangre, sudor y lagrimas ellos derramaron.

Largo y Tendido  ellos convivieron y conversaron.

Sin saber como o cuando sus corazones se flecharon.

Ellos perdidamente se enamoraron.

 

Un amor el alquimista había encontrado.

Siempre el corazón de una dama había anhelado.

Dejando de ser un alquimista estatal para ser ahora un hombre enamorado.

1 comentario:

Mr. OpusCante dijo...

Doctor, muy ingenioso. Hoy las palmas se las lleva usted con su creación.

Espero pronto leer la segunda parte, a ver en qué termina ese tórrido romance.

--- Desarrollado gracias a la nunca bien ponderada ayuda de Energón 16