Pronto, pronto, doctor, abrid sin miedo.
¿No oís cómo palpita aquí en el fondo
la queja de un sollozo quedo, quedo?
Abrid, abrid, doctor, que está muy hondo.
- ¿Dónde le duele a usted?-
Aquí escondido.
-Algún tumor tal vez, un cuerpo extraño...
- Es un dolor que ha tiempo lo he sentido.
Abrid, abrid, doctor, que aquí hay un nido
Y lo habita un reptil: ¡El desengaño!
- Enfermedad mortal, pobre paciente,
no la cura la ciencia en su adelanto...
¿Extraigo el corazón... ?
- Precisamente
el corazón, doctor... ¡Me duele tanto!
Enrique Geenzier