Evidentemente este hombre, a su tesis había abandonado.
No podemos negarlo, de esa dama estaba enamorado.
Olvidando lo mucho que el había trabajado.
Para poder disfrutar la vida, con una dama a su lado.
D
Cierto noche, el alquimista decidiría.
“Terminar su tesis o vivir con la mujer que amaría”
El siempre decía:
“Para las decisiones que en mi vida tomaría.
El método científico siempre aplicaría”.
Sin embargo, en esta ocasión diferiría.
Ya que el corazón seria el que decidiría.
O
El Dr. con amplias divagaciones a su gabinete invitaría.
Mediante una epístola virtual “ad-hoc” los convocaría.
A una reunión (tipo Luz y Fuerza), donde el pregonaría.
Unas palabras con las que él se despediría.
C
Coyoakant sería el lugar donde toda la bandita se vería.
Pero por obras en la ciudad de la esperanza, la cede se cambiaría.
Alguien de la hortaliza, una nueva sede sugeriría.
“En la capital del sexo, hasta privado de despedida nos harían.”
Pero desde aquel día en que “el chino” se desnudaría.
El mítico lugar, tristemente su ambiente familiar perdería.
T
Por ultimo, otro miembro de la comunidad del anillo de chocolate propondría.
Con un mapa (dibujado en un volante) en la mano, el divagaría.
“Apoyados en la cartografía, la sede fácilmente se encontraría”.
O
De la vieja escuela un método infalible utilizaron
Gracias al “De tin ma rin de do pin güe”, los caballeros recordaron.
Un lugar con gran historia, donde ellos disfrutaron.
Los buenos momento que pasaron.
R
Con tequila, mariachis y canciones en las Duelistas todos se reunieron.
El grupo K, La Dra. Chochomi y anexos acudieron.
Para honrar a un valioso hombre, con bellas palabras ellos se despidieron.
“Dicha y Felicidad en su nueva vida” (¡salve cesar!)
Gritaban sus amigos que tanto le quisieron.
Y así, uno a uno los invitados el ultimo adiós le dieron.
!
Gibranov y La Dra. Chochomi fueron los últimos con los que conversaron.
Sin olvidar la vieja tradición, por “el chino” brindaron.
Una partida de bichito en yahoo games ellos jugaron.
Buenos momentos los gatitos y marcianitos recordaron.
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Con lágrimas en los ojos los épicos amigos se abrazaron.
¡Buena suerte! “Ambos tres” se desearon.
“Descanse en Paz, mi dilecto Dr.”
Fueron las ultimas palabras que ahí se pronunciaron.