Fin del SS

Pues sí, jovenes, escribo una vez más, para delicia de algunos y malestar estomacal de muchos, contándoles algo de lo que pasa en esta dimensión alterna.





Hace rato comenté sobre mis inicios como Agente 86 y diseñador gráfico, para lo cual tuve ayuda de Nano y del santo Niño de Atocha.

Fueron 6 meses de arduo trabajo como administrador, cargador de la central de abasto, botarga, recepcionista, guía de turistas, informador para preguntones, seguidor, volantero, crítico de cine, maitre, encuestador y un etcétera que censuramos por falta de presupuesto, en una Casa de la Cultura que en mis épocas de estudiante de bachillerato se me antojaba bastante gris y que ahora en mis épocas de universitario la visión se me ha ampliado.










Aunque diré que la visión del resto de la Universidad no deja de ser gris puesto que mucha gente ni siquiera sabía dónde o qué era Casa de la Cultura. Y fue padre sentirse parte de un proyecto que ofrece muchas posibilidades para desarrollar y captar los sentidos, lo malo es ver cómo algunos de los integrantes no jalan parejo para que el proyecto tenga éxito y se entreguen resultados a las autoridades correspondientes y anexas.




Algunas menciones especiales de este lapso merecen un párrafo aparte:




- La Coordinadora de la pomposamente llamada "Formación Cultural" nos calificó de tontos a Beatríz y a mi algún día... ese mismo día ella se perdió (literalmente) en la Casa de la Cultura. (un lugar en donde sólo te pierdes si eres ciego... o coordinador)





- Éramos 3 Difusores de la Cultura en un inicio pero luego del periodo de la influenza nuestro compañero desapareció. Beatriz opina que se enfermó de AH1-N1 y está, aún, bajo supervisión médica.





- Alguna vez nos dejaron solos a Beatriz y a mi, encargados del "changarro" y justo cuando íbamos a dormir (pues no había nada qué hacer) empezó a temblar... salimos de la Casa y nos topamos con la coordinadora, quien no sintió el sismo y nos preguntó: "¿los corrieron? ¿por estar solitos?"





- Aprendí que estoy en números negativos en cuanto a coordinación motriz... por lo que me autoexilié de los talleres de baile y de malabares.





- La gente se reía cuando mencionaba la existencia del taller "Cocina para solteros" y sólo iban a la Casa para ver si era cierto.





- El Sr. Cine y Don Héctor Martínez Serrano jamás podrían ir al cine juntos... sus recomendaciones son tan diferentes que sólo por éso ambos me agradan por igual.







En fin... hay que seguir adelante y la siguiente vez que tenga que usar un muñeco encima ya empezaré a cobrar.

Foto Cortesía de Beatriz

Para realizar todo ésto del servicio social era necesario ir a un seminario de titulación... como buen mexicanote que soy fui cuando terminé las 480 horas de estancia... y en verdad me dolió haber soltado $100 sólo para que me dijeran que yo puedo cambiar el destino de la galaxia con mi servicio social... y ni una pinchurrienta plumita nos podían regalar porque "no hay presupuesto", claro, nomás se jinetean nuestro dinero y ellos risa y risa. El estómago me dolió tanto o más que cuando fuimos a ver Cloverfield...

No me quedó de otra más que aplicar el sabio consejo de Darth Vader, mi padre: "Diles que sí y ponles tu sonrisita de chinga-tu-madre"

Y ahora ¿ qué sigue?