jueves, 23 de julio de 2009

Así vivimos



Han pasado varias cosas desde la última vez que escribí por estos lugares.


Entre otras cosas, sí, aún sigo traumado con Cabaret pues ya casi se estrena la obra en la Universidad y aparte de los carteles de 120 x 90 cm (como "barbie a mi tamaño") también realicé, junto con Beatríz, los programas de mano y ahí nos tienen haciéndole cambios y cambios debido a que a la comunidad gay de la obra no le gustaba lo que hacíamos. (Historia aparte)







Los viajes al centro de la Ciudad de la Esperanza tienen tantos matices... lo digo porque relicé, junto con otros 3 compinches, 2 de los cuales escriben en este mismo blog, uno de esos viajes al Zócalo.



La idea principal era ir a la famosa Plaza de la Computación a adquirir un cable de audio y un juego, a saber, Diablo 2 con todo y expansión.


Agui se presentó con un paquete extraño, que resultó eran sus "palos de entrenamiento", los cuales a lo largo del día servirían para mostrar autoridad a los demás y quien los portara sería el macho alfa en turno.


Gibran°v se presentó con una bolsa amarilla que aún conservo para mis registros... su actitud era sospechosa porque parecía llevaba explosivos en ella y al entregármela dijo algo como "ábrala cuando se encuentre seguro", aunque en realidad no es cita textual sino paráfrasis.











Mi tercer compinche, a quien por motivos de seguridad llamaremos "Nabo", llegó tarde a la cita en el metro... es todo lo que hay que saber de él.


Conversando con el experto en cibernética y sistemas computacionales le comenté que mi laptop, La Coketona, andaba fallando desde que su antivirus y un virus lucharon a muerte
y la pobre perdió un tal system32.exe que no la hacía inservible pero causaba que los archivos ejecutables nomás no jalaran. El experto entonces me dijo que comprar y reinstalar windows sería la mejor opción y, ya que estábamos ahí, sería fácil encontrar algo a "buen precio", por supuesto no-original.



Nos acercamos a donde los puestecillos con software pirata abundan y salen debajo de las piedras y de un jalón me vendieron un CD con Diablo 1, Diablo 2, sus respectivas expansiones, Warcraft 1,2,3,4,5,6 y StarCraft 10008000... además de güindows superduper actualizado. Satisfecho por mi compra tomé los palos de Agui y dirigí nuestro rumbo hacia dos lugares de lo más disímiles...




1.- La visita a la Panadería.



Es que, hacen pan muy rico y no podía dejar pasar la oportunidad de ir a La Ideal (desde hace 80 años en su mesa) y sólo tienen 3 sucursales, 3 de las cuales están lejísimos de mi hogar.


Al ver mi infantil entusiasmo mis compinches también eligieron alguna pieza recién horneada y de hacer bromas hasta le caímos bien a la señora que nos atendió, ¡¡saludos doña "Güera"!!


Nos metimos en la fila para pagar sin que la gente que estaba previamente formada se diera cuenta y salimos con nuestras bolsas en mano.



2.- La Capital del Sexo.


Justo enfrente de la panadería vimos letras grandes y amarillas que serían nuestro siguiente destino... Ahí no eran los palos de Agui lo que me daba autoridad sino mi bolsa repleta de pan.



"Si usted entra, yo también... aunque mi padre nunca me creerá cuando llegue y le cuente que entré a la Capital del Sexo, seguro me va a tomar por loco, ni yo me lo creo"








Entramos y vimos de todo, menos sexo y justo cuando dábamos la vuelta en son de retirada nuestro experto en arquitectura y construcciones se percató que dicha 'Capital' se encontraba en el primer piso y nos encaminamos hacia allá. Pero fuimos desconfiando cuando nos encontramos con desolación a nuestro alrededor... y ni las escaleras eléctricas servían. Como pudimos llegamos al famoso primer piso y entonces encontramos aquello que lo cual nada puede ser escrito: 3 sex shops abiertas, en medio de un mar de locales cerrados y, aparentemente, abandonados.



Entramos a cada una de esas 3 tienditas encontrando lo mismo en cada una de ellas, lo más excitante fue una escena más o menos como sigue:




- Oiga doctor, pos, mire... allí hay películas
- Vamos, vemos los títulos y así sabrán cuál regalarme para mi cumpleaños
- ah caray... creo que estoy en otra sección compañeros, ahora los alcanzo, ya se me hacía raro ver puros hombres abrazados en las portadas...
- ¡Miren! encontré la perfecta para el regalo, se llama "apágame la velita"
- ¡Amén! ¡¡Apártenmela!!

- ... ¿se la lleva puesta?


Decepcionados salimos a seguir divagando por la ciudad.... No sin antes ver por todos lados Cabinas de a $30... vimos más de esas ofertas en puestos fuera de la famosa Capital que dentro de ella.

Luego me enteraría que habíamos llegado demasiado temprano para ver acción... y peor aún, que dicho sitio está dividido en 3 secciones, una por piso, y nosotros sólo visitamos el primer piso. ¡¡ Habrá que volver !!



Quisimos encontrar una de esas casi extintas pulquerías pero nomás no pudieron darnos señas de dónde se encontraba una y caminamos como 3 horas descartando sitios dónde comer y finalmente fuimos a dar a un buffet de comida china que más parecía un baño turco y brindamos por nuestra locura y opusquedad.


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Luto en el mundo deportivo... se murió Nazereno (el boxeador, no el mesías) Pero la verdad el box ya no es tan cómico desde tiempos de Chaplin









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Y luego de ese intermedio, llegué a mi casa y abrí el sospechosísimo paquete de la bolsita amarilla para encontrarme con manualidades que no le piden nada a las de "Cositas" (esa mujer que en mi infancia salía en TV para hacer manualidades con cualquier chunche que se tuviera a la mano)




Agradezco a herr Gibranov su regalo, en menos de una semana pude ver Fullmetal Alchemist con todo y película. Pero lo más valioso es, sin duda, el estuche que hizo el mismo herr para guardar los discos.



En cuanto a mis otras adquisiciones.... los juegos están en Zulu u otro lenguaje totalmente extraño e incomprensible y gracias a un foro de ayuda de microsoft pude restaurar a la Coketona sin necesidad de reinstalar windows... de haberlo hecho seguro estoy que me hubiera encontrado con esta versión



Nomás gasté a lo...



En fin... así vivimos....


¿Qué opinan, querido público?

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