sábado, 29 de noviembre de 2014

Nada es para siempre

Hace muchos ayeres compartí con Gibranov de La Regueira (otrora colaborador de este Blog) el cuento titulado "La última pregunta" del genial Asimov. De donde salió cierta inspiración para uno que otro escrito "No lo puedo creer pero..." de este sitio virtual. Si no han leído dicho cuento, además de enterarse aquí que han hecho muy mal y realmente han gastado mucho tiempo siendo unos ignaritos, también se enterarán sobre la entropía.

La entropía es un concepto termodinámico (Parte de la física en que se estudian las relaciones entre el calor y las restantes formas de energía. Diccionario de la Real Academia Española dix it.) un tanto difícil de explicar. Ya de por sí el concepto de energía es difícil de explicar pues conocemos qué hace (realiza trabajo) pero no podemos definir bien qué pitos es la energía... bueno, al fin de cuentas se ha dado por simplificar a la entropía como energía que se pierde, que se disipa sin que pueda ser utilizada. "Desorden" la definirían otros autores: en cualquier trabajo o reacción química hay desorden. Si aumenta la entropía, aumenta el desorden.


Como se defina, en algún momento la entropía del universo entero llegará a su máxima expresión no quedando energía que pueda aprovecharse, llegando todo a ser desorden, sin que exista algo que pueda revertir esa entropía y "poner orden" de nuevo al universo.

Y la conclusión a la que llegó mi contertulio, luego de leerlo fue al título de esta entrada.

Antes de seguir...
¿Alguien conoce el paredero de Gibranov?
La última vez que supe de él fue por un correo en el que me mandaba alguna líneas en idioma italiano y me recomendaba usar Google traductor para saber qué champiñones quería decir. Así lo hice y sospecho que tomó cualquier libro suyo de auto superación (en italiano) y me copió/pegó el texto. Espero que algún día sepamos a qué planetas fue el marcianito Gibrán, cuyos escritos se conservan en los Anales de este espacio para su consulta.


Al margen de citas italianas... lo que de verdad me tenía divagando absurdamente era la infancia. Cuando uno es pequeño y tiene tooodo el timpo del mundo, intenta plantearse qué quiere ser de grande, qué va uno a hacer de su vida. Y claro está la parte de si me iba a casar, a tener hijos, a estudiar tal o cual cosa, a ser bombero o veterinario, vendedor de puerta en puerta o guía espiritual de Pare de Sufrir. Lo usual, vamos.

Pero sólo el paso del tiempo nos va curtiendo como machos gorilas de espalda plateada (o su equivalente en versión femenina) y por supuesto que las decisiones y las acciones nos llevan por una senda. Ya ni hablar de los Universos Paralelos de los que alguna vez se escribió aquí mismo.

Situaciones van y vienen y también personas en nuestros caminos y nuestros días y quiero aquí retomar esta entrada pues es importante para mi presente y mi futuro. Le dediqué esas líneas a ella justo en un momento álgido de mi existencia y cuando pasaba por alguno de los numerales de las Relaciones BIS de marras. Ella no vivía en el Edén, precisamente.

Hoy, gracias a ella, tengo un nuevo rumbo y un nuevo propósito en mi existencia y sé que con ella puedo ver cristalizadas varias de esas ensoñaciones que mi mente infantil tuvo, cuando recién aprendí a divagar.

La historia de cómo llegamos a este punto la dejo para una entrada aparte. Sólo mencionaré que luego de 10 años de ires y venires, de encuentros, decepciones, payasitos de crucero, exámenes extraordinarios, arena, sol y carbón activado... luego de 4 vidas en las que mis anteriores vivieron y renacieron, luego de todo ésto, la entropía de mi soltería llegó a su máximo.


Finalmente, por hoy, les presento a la mascota oficial pagada por el patrocinador Cooperativa Póngidos U.R.L. de C.V. Él es la cara de LA seguridad y EL dominio.










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